A momentos en los que mi voluntad declina. Hay momentos en los que no estoy segura de que continuar sea lo correcto. Es que no me has dado una simple señal, un simple motivo, nada que me indique que si sigo adelante podre al menos tener algo de probabilidad de obtener eso por lo que peleo. Cuando miro lo que he estado haciendo, como te he tratado y lo que he recibido a cambio, parece que no importa lo que haga seguiré igual de lejos de alcanzarlo. Y esto es muy raro, ¿sabes que es lo que me parece raro? Que no me haya rendido aún, que no haya decidido que no valía la pena, dejado a medias y sin mas atención me hubiera ido lejos.
Tal vez tu lograste cambiarme y ahora ya no me rindo con facilidad. No tengo manera de saberlo. El punto es que no me rindo. Tampoco puedo decir que me esfuerce demasiado.

Podríamos decir que me siento en el murito a mirar pasar el tiempo. (Pienso escribir un cuento en base a eso)

Aunque no me rinda aún tampoco puedo decir que estoy segura de lo que hago, lo que siento y lo que digo. Hacer las cosas a ciegas no es algo que termine de agradarme y aún así continúo...